Doy gracias a Dios Elohim (Dios Padre Ahnsahnghong y Dios Madre) por sus amor y sacrificio.
La iglesia de Dios sociedad misionera mundial (IDDSMM) guarda la Pascua.
El sagrado amor contenido en la preciosa sangre de Cristo
¿Por qué la sangre preciosa de Cristo tiene el poder de hacer que los desastres pasen por encima? Porque contiene su amor y sacrificio extremo. El profeta Isaías profetizó de la siguiente manera el aspecto de Jesús que vendría 700 años después:
Is. 53:1-12 “Subirá cual renuevo delante de él, y como raíz de tierra seca; no hay parecer en él, ni hermosura; le veremos, mas sin atractivo para que le deseemos. Despreciado y desechado entre los hombres, varón de dolores, experimentado en quebranto; y como que escondimos de él el rostro, fue menospreciado, y no lo estimamos. Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados. Todos nosotros nos descarriamos como ovejas, cada cual se apartó por su camino; mas Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros."
Nosotros pecamos, pero Cristo mismo llevó el castigo por nuestros pecados. Llevando nuestros pecados, fue herido y su cuerpo fue desgarrado con clavos. Él entregó gustosamente su vida por nosotros en la cruz. Con esto demostró su amor sacrificado por nosotros. Él derramó su preciosa sangre para probarnos que nos amó. Así que ni el ángel destructor y ni siquiera el diablo, nuestro más grande enemigo que conoce muy bien esta historia, se atreve a tocarnos.
En la sangre del pacto de la pascua está incluido el amor de Cristo, quien nos ha dado vida sufriendo el extremo dolor de su carne desgarrada y su sangre derramada. Todas las cosas están sujetas a la sangre de su sublime sacrificio, a su amor sagrado. Con esa sangre de sacrificio somos sellados. Por el poder de la sangre, todos los desastres pasan por encima de nosotros.
Sal. 91:7-11 “Caerán a tu lado mil, y diez mil a tu diestra; mas a ti no llegará. Ciertamente con tus ojos mirarás y verás la recompensa de los impíos. Porque has puesto a Jehová, que es mi esperanza, al Altísimo por tu habitación, no te sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu morada. Pues a sus ángeles mandará acerca de ti, que te guarden en todos tus caminos.”
La sangre del cordero de la pascua en el Antiguo Testamento era puesta en los postes y en el dintel de las casas. En el Nuevo Testamento, sin embargo, la sangre del Cordero de la pascua se marca en nuestra frente y en nuestro corazón a través del nuevo pacto. En consecuencia, aunque el ángel destructor se aproxime a nosotros, al ver que tenemos la sangre de Cristo, pasará por encima. A nuestro lado caerán mil, y diez mil a nuestra diestra, pero ningún desastre caerá sobre nosotros, que estamos sellados por la preciosa sangre del Cordero en la verdad de la pascua, el nuevo pacto. Esa es la razón por la que podemos ser salvos de los desastres por medio de la pascua.